El verano puede ser una época maravillosa, pero también viene cargado de expectativas, presiones y dinámicas que a veces no son tan fáciles de gestionar. Desde la necesidad de desconectar del trabajo hasta la sobreexposición en redes sociales o las intensas convivencias familiares, hay muchos factores que pueden afectar nuestro bienestar emocional en vacaciones.

En este post te ofrecemos algunas claves prácticas para que este periodo sea verdaderamente reparador y puedas vivir este verano más conectado con el autocuidado que con la autoexigencia.

1. Desconecta del trabajo… de verdad ❌📲

Desconectar no es solo dejar de trabajar, sino permitir que la mente cambie de foco. En muchas personas, sobre todo en perfiles con tendencia al perfeccionismo o a la hiperresponsabilidad, el trabajo sigue presente aunque no se esté físicamente en él.

¿Cómo favorecer una desconexión real en verano?

– Reducir los estímulos laborales: desactivar notificaciones, dejar un mensaje de ausencia y evitar el acceso directo a herramientas profesionales.

– Crear una rutina alternativa: sustituir hábitos laborales por actividades significativas o placenteras ayuda a reorganizar el foco mental.

– Establecer límites con uno mismo y con el entorno: comunicar disponibilidad y respetar los tiempos personales contribuye a disminuir la “culpa por descansar”.

2. El tiempo libre sin planes también es descanso 🧘‍♀️

Vivimos en una cultura donde incluso el ocio puede formar parte del discurso de la productividad. Llenar la agenda de planes puede convertirse en una nueva fuente de agotamiento si no dejamos espacio al descanso real.

Cómo hacer planes-sin planes en vacaciones

– Normaliza los momentos de inactividad. Descansar también es válido, aunque no “hagas nada”.

– Evita la planificación excesiva. La improvisación permite mayor libertad emocional y margen para lo inesperado.

– Puedes “planificar” momentos para ti misma/o fuera del auge de actividad que parece exigirnos el tiempo libre.

3. No te compares: el verano no siempre es felicidad 🙏

Las redes sociales amplifican una narrativa idealizada del verano. Vacaciones perfectas, cuerpos normativos, experiencias memorables… Esa comparación constante puede afectar la autoestima y generar sensaciones de fracaso o soledad.

Claves para sostener tu realidad y no compararte en verano:

– Recuerda que lo que ves no es toda la verdad. Las publicaciones muestran una versión parcial y editada de la vida.

– Conecta con tus propias necesidades. El verano no tiene por qué ser espectacular, sino coherente con tu momento vital.

– Limita el uso de redes: Las redes sociales a menudo nos aíslan. Ser consciente de cuánto tiempo les dedicamos es importante para poder reducir su uso.

– Practica actividades introspectivas como escribir, pasear o meditar puede ayudarte a reconectar contigo.

4. Pon límites (también en vacaciones) ✋

El aumento del tiempo compartido con familia, pareja o amistades durante el verano puede reactivar tensiones o incomodidades. Estar disponible no significa renunciar a los propios espacios.

¿Cómo establecer límites saludables?

– Aprende a decir “no” desde el respeto. Validar lo que sientes y expresarlo de forma asertiva fortalece tus vínculos.

– Ten en cuenta tus necesidades. Hacer caso a lo que necesitamos y poder expresarlo para que el otro sea consciente de ello.

– Respetar tus propios limites ayudará a que estos sean más solidos tanto para ti como para los demás.

5. Incorpora un microhábito emocional ✍

Las emociones también se entrenan. Incluir pequeños gestos diarios que te conecten contigo puede marcar una gran diferencia en tu regulación emocional.

Algunas ideas sencillas que puedes implementar en tu día a día:

– Escribir una línea al final del día sobre cómo te has sentido.

– Parar cinco minutos a respirar de forma consciente.

– Hacer una de las comidas sin móvil, sólo observando el entorno.

– Agradecer internamente tres cosas al terminar el día.

No se trata de hacer mucho, sino de hacerlo con constancia. Afrontar el verano no implica renunciar al disfrute, sino aprender a habitarlo desde el cuidado, los límites y la honestidad con uno mismo. El descanso emocional también se cultiva. Y puede empezar por gestos tan simples como permitirse no estar al cien por cien, o decir “hoy no me apetece”.

☀ En definitiva… Cultiva un verano que tenga sentido para ti

El bienestar emocional no se toma vacaciones, pero sí puede encontrar nuevas formas de sostenerse en verano. A veces, lo más terapéutico no es hacer más, sino hacer distinto: bajar el ritmo, revisar expectativas, escucharse sin juicios.

No existe un único modo de vivir bien las vacaciones estivales. Lo importante es que lo que hagas (o no hagas) tenga sentido para ti.

Si crees que necesitas ayuda para mejorar tu bienestar emocional, puedes contactar con Nalu Psicología. Cualquier día del año es el adecuado para empezar.