El Trastorno por déficit de atención es una patología del neurodesarrollo cada vez más presente en los colegios. El diagnostico precoz de este trastorno es imprescindible para poder realizar la adaptación necesaria en el plan educativo de los niños. Además, poder proporcionar a las familias pautas en casa que ayuden a entender a los peques, su regulación y la propia de los padres. Hoy te contamos mas sobre las señales de TDA en niños.
En este artículo hablaremos sobre:
¿Qué es el TDA?
Cuáles son los síntomas o señales del TDA en niños
1. ¡Es que no presta atención!
2. ¡No es capaz de escucharme 10 minutos!
3. ¡Es un/a pasota!
4. ¡No acaba las cosas!
5. ¡No se organiza!
6. ¡No quiere hacer los deberes!
7. ¡Lo pierdes todo!
8. ¡Se distrae con una mosca!
9. ¡Pero si te lo digo cada día!
10. ¿Solo es en niños?
¿Cómo ayudar a un niño con TDA?

¿Qué es el TDA?
El Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que se produce por una disfunción neurobiológica que afecta a la capacidad de prestar atención, regular la conducta e inhibir el comportamiento.
El trastorno puede manifestarse a veces sin el componente característico de la hiperactividad. Es aquí cuando hablamos de TDA sin ‘H’.
El TDA consiste en un patrón persistente de inatención que interfiere en el funcionamiento o desarrollo del niño/a.
Señales
¿Cómo podemos identificar si mi hijo/a necesita una valoración de un especialista? La evaluación de TDA la realiza un profesional de la neuropsicología. A continuación, detallamos las señales de alerta que pueden estar informándote de la necesidad de consultar un especialista.
¿Alguna vez, con tu hijo/a has dicho estas frases?
1. ¡Es que no presta atención!
A veces nos parecerá que no ponen atención a los detalles o cometen muchos errores. No hacen de manera correcta los deberes porque se saltan el enunciado, se dejan siempre la fecha por poner, no ponen su nombre arriba…
2. ¡No es capaz de escucharme 10 minutos!
Uno de los síntomas más frecuentes es la gran dificultad que tienen para poder mantener la atención en tareas o actividades de ocio. Seguir una conversación, leer durante un rato o prestar atención a lo que en clase explican se les hace sumamente difícil.
3. ¡Es un/a pasota!
¿Cuántas veces hemos pensado esto? Es frecuente pensar que pasan de nosotros, que no nos escuchan o no nos hacen caso. Parece que tiene en la mente otras cosas cuando no puede haber nada que los distraiga de manera aparente.
Esto, es otro de los síntomas frecuentes a tener en cuenta. No es que pase de nosotros, es que en realidad, existe una dificultad para atender.
4. ¡No acaba las cosas!
La dificultad para seguir instrucciones, acabar tareas que les proponemos… A veces les pediremos que hagan algo y lo dejaran a medias.
5. ¡No se organiza!
Es difícil para ellos/as poder redirigir su atención cuando hay diversas tareas. Además, tareas poco motivantes o rutinarias generan que haya una gran procrastinación.
6. ¡No quiere hacer los deberes!
Para ellos/as, los deberes son vistos como muy difíciles. Se sienten poco hábiles, son conscientes de que les genera una dificultad y esto les produce una gran frustración que, además, afecta a su autoestima.
7. ¡Lo pierde todo!
La falta de atención a los detalles, organización y planificación hace que no recuerden donde han puesto algo o no se acuerden de coger las cosas que les pedimos.
8. ¡Se distrae con una mosca!
Su cerebro, por lo general con bajos niveles de dopamina, busca actividades que se la proporcionen. Por eso, ante tareas aburridas o poco gratificantes, el cerebro TDA buscará constantemente como librarse de esa tarea y sustituirla por otra más divertida
9. ¡Pero si te lo digo cada día!
Existe una alteración en la llamada Memoria de Trabajo. Esta nos permite integrar cosas que han tenido lugar en una conversación, asociar un conocimiento o mantener en la cabeza algo mientras hacemos otra cosa. Este tipo de memoria esta afectado en los niños con TDA, por lo que es difícil para ellos/as integrar las tareas cotidianas.
10. Cuando quiere, ¡sí se concentra!
Existe algo llamado hiperfocalización. Se focalizan mucho en situaciones de “último minuto”, temas de interés o cosas urgentes. Es por esto que nos da la sensación de que a veces sí se concentran.

¿Cómo ayudar a un niño con TDA?
Ayudar a un niño con TDA empieza por comprender que su manera de atender, organizarse y responder no es una elección, sino parte de su funcionamiento neurológico. Para apoyarlos, es fundamental acompañarlos con paciencia, estructura y comprensión, sin caer en reproches o etiquetas negativas.
Algunas estrategias eficaces incluyen establecer rutinas claras, dividir las tareas en pasos pequeños, ofrecer instrucciones simples y concretas, y reforzar positivamente sus logros, por pequeños que sean. Además, colaborar con los docentes y acudir a un profesional especializado en neuropsicología o psicología infantil permitirá adaptar los entornos educativo y familiar a sus necesidades específicas.
Un niño con TDA no necesita que le exijamos más, necesita que le enseñemos de manera diferente, con amor, respeto y las herramientas adecuadas para que pueda desplegar todo su potencial.