¿Cómo aprender a vivir con la incertidumbre? Parece que el mundo se está poniendo de acuerdo para que, sí o sí, aprendamos a vivir con la incertidumbre. Este concepto, se define como “Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud.” Dos conceptos potencialmente importantes en nuestra vida: seguridad y confianza.
De lo que sí podemos tener certeza es que, en esta vida, pocas cosas o (casi) nada son seguras. Al menos, como dice el famoso dicho “lo único permanente en la vida es el cambio”. Y es que, las personas necesitamos un mínimo de seguridad, algún ápice de certeza sobre los cimientos por los que andamos en el camino de la vida, incluso, aunque estos cimientos no sean lo mejor para nosotros. ¿Cuántas veces has escuchado “más vale malo conocido que bueno por conocer”? Y es que, los cambios, aunque sean para bien, no suelen darse en un inicio, con buen recibimiento.
CUANDO EL MIEDO ACOMPAÑA A LOS CAMBIOS.
Es aquí donde empieza nuestra mala relación con la incertidumbre. Porqué al final, lo que ocurre cuando no sabemos lo que va a suceder, cuando acechan cambios, cuando el futuro incierto toma el control de nuestras vidas, el miedo empieza a tener un papel protagonista. Pero, para entender al miedo, primero debemos tener en cuenta un concepto llamado entropía psicológica.
La entropía psicológica es un concepto que deriva de la termodinámica según el cual, los sistemas tienden a derivar hacia un estado de caos y desorden. Se refiere, básicamente, que el futuro es incierto y, de una manera u otra, nos manejamos como podemos ante ello. Como decíamos, no tenemos el 100% asegurado (casi) nada. Por ello, es tan importante aprender a tener herramientas para manejarnos ante esta incertidumbre, la cual, es una de las grandes enemigas de nuestra mente. A quién le gusta tenerlo (casi) todo bajo control.
Para ello, James Yorke ya nos alertaba de ello cuando conceptualizó la teoría de la ley del caos, dónde nos hace hincapié en que siempre hay un pequeño hueco para el azar en nuestra vida y, por tanto, en nuestra realidad imprevisible.
Es aquí donde la incertidumbre y los cambios vienen de la mano, como decíamos del miedo. El miedo es una emoción totalmente necesaria. El problema es, cuando se convierte en desadaptativa y toma el control de nuestra mente. Realmente, cuando aparece esta emoción, nos está alertando de algún posible peligro. Nos hace de alarma para transmitirnos que hay una situación en la que debemos tener confianza y seguridad para transitarla.
Pero, como decíamos, los cambios para bien o para mal son inevitables e imprevisibles. Por ello, debemos desarrollar estrategias para, al menos, tener mejor relación con la incertidumbre. Ya que, sí o sí, la vida nos pone constantemente situaciones y momentos en los que debemos aprender a sobrellevar la inquietud que nos genera no saber qué puede ocurrir. Y más, en los tiempos que corren.
EL CONTROL COMO PARCHE
Una de las herramientas que, por tendencia, solemos utilizar para gestionar esta inquietud es el control. Esta necesidad nace, mayoritariamente, del miedo, mencionado anteriormente. Aquí es donde entra en juego intentar controlar aquellas situaciones bajo las que existe una inquietud o falta de certeza. Y decimos intentar, no de manera gratuita, ya que precisamente se trata de eso, de un intento. La incertidumbre, aquello que no conocemos, lo que puede llegar a pasar, son factores que activan esta emoción como es la del miedo de manera consciente o inconsciente.
Pero ¿Es posible dejar de controlar?
Por tanto, si intentamos responder a la pregunta de si existe una posibilidad de dejar de controlar, debemos primero saber y entender que no todo depende de nosotros y no podemos tener siempre la sartén por el mango. Por tanto, hay un trabajo de aceptación detrás importante, pero, sí que es posible.
Aunque, ya sabemos que no existe un botoncito mágico dónde poder encender o apagar las emociones cada vez que nos venga en gana. Sintiéndolo mucho, la amígdala no nos funciona de esa manera y ¡sus motivos tiene! ya que, las emociones, y en este caso el miedo, como decíamos tiene una función evolutiva y tienen un papel fundamental.
Como decíamos al inicio, la incertidumbre es una falta de seguridad. Y es esta inseguridad la que estás realzando cuando intentas controlar todo aquello que está pasando a tu alrededor. De esta manera, se entra en un bucle muy difícil de salir ya que generas una falsa creencia pensando –voy a poder con todo- Pero, ¿No es invertir muchísima energía? Este control, ¿Te genera bienestar o inquietud? Al final, como hemos comentado, es un intento de control que tan sólo nos genera más malestar.
Y es que, cuando aparece la incertidumbre y, por ende, esta necesidad de control, se ha descubierto a través de distintos estudios que, el cerebro procesa los síntomas de la ansiedad de la misma manera que se relaciona con la incertidumbre, liberando así una gran cantidad de noradrenalina que afecta a nuestro sistema nervioso y, por tanto, generando muchísimo malestar como decíamos.
CÓMO GESTIONAR LA INCERTIDUMBRE SIN NECESIDAD DE CONTROLAR
Vamos a poner diferentes ejemplos, para así detectar qué puedes hacer cuando te encuentres en una situación similar.
– Si mi pareja conoce a otra persona, ¿Qué voy a hacer? ¿Y si me deja?
– Mañana tengo una entrevista ¿Y si no les gusto?
– Voy a conocer a gente nueva ¿Y si no les caigo bien?
– Voy a organizar una súper fiesta ¿Vendrá todo el mundo? ¿Y si no vienen?
– Quiero mudarme a esa casa ¿los vecinos van a caerme bien? ¿y yo a ellos?
– …
Podríamos poner una larga lista de preocupaciones diarias o no tan cotidianas con las que nos enfrentamos a la incertidumbre y al no saber qué puede pasar.
La propuesta es que, cada vez que te aparezca una situación similar y tengas la necesidad de controlar todo aquello que, posiblemente no puedas manejar y aparezcan pensamientos recurrentes, pregúntate:
¿Depende de mí esta preocupación? ¿Qué miedo tengo realmente? ¿De dónde nace? ¿Qué puedo hacer realmente que esté en mis manos?
Así, aprenderás a gestionar las situaciones que puedan presentarse y te generen inseguridad y podrás a la vez gestionar el miedo que se esconde detrás.
QUÉ HACER PARA GESTIONAR LO IMPREVISIBLE
- Aceptar que los cambios son parte de la vida
- Procesar y comprender que la seguridad habita en ti y no en lo que ocurre en el exterior
- Gestionar el miedo que se activa ante la incertidumbre
- Soltar la necesidad de control atendiendo qué depende y qué no de ti
- Encontrar herramientas que te ayuden a tolerar la incertidumbre
Y tú ¿De qué manera gestionas la incertidumbre?
Acudir a un profesional
No dudes en ningún caso en acudir a un/a profesional que pueda orientaros en mayor profundidad si sientes que la sensación de incertidumbre está causando una mala gestión en tu día a día. EL profesional podrá trabajar contigo aquellos aspectos que requieren de conocimientos y técnicas profesionales. Demorar el inicio de la terapia, puede agravar o enquistar la sintomatología que puedas estar sintiendo