Para empezar, me gustaría compartiros qué me animó a escribir este artículo. Por desgracia, me he encontrado algunos casos (demasiados para mi gusto) en que uno de los progenitores no estaba de acuerdo en que su hijo recibiera atención psicológica.
Como psicólogos, estamos obligados legalmente a tener la autorización de ambos progenitores para poder realizar una evaluación o intervención psicológica. Por lo tanto, me he tenido que encontrar en 5 ocasiones, en concreto, en que por conflictos paternales quien ha salido más perjudicado ha sido el hijo/a, ya que no ha podido recibir ningún soporte psicológico.
Así que deseo que el hecho de ofrecer información sobre este tema permita a algunas familias dejar de lado las discordias paternales, para recordar que lo más importante en ese momento es su hijo/a y su bienestar emocional.
1. Facilitar una información clara a los hijos. Si queremos evitar sensaciones de confusión, ansiedad y miedos debemos ofrecer a los niños explicaciones claras, con un vocabulario que puedan entender y sin medias verdades ni creando situaciones ambiguas.
2. Explicarles que sus padres ya no volverán a estar juntos. Toda fantasía de cualquier niño/a ante una separación es que sus padres algún día vuelvan a quererse, compartir un hogar y que la familia vuelva a estar unida.
3. Asegurar a los hijos/as que los padres podrán cuidarse por sí solos. Es necesario que los niños/as tengan la seguridad total de que están bien y que sus padres no necesitan ser cuidados.
4. Responder a las preguntas de los hijos. Acorde con su nivel de comprensión, deben poder tener respuesta a lo que necesitan saber. Y en los casos en que los hijos/as no pregunten, es muy importante que se les ofrezca poder hablar cuando lo deseen o preguntar lo que quieran de manera natural.
5. Dar prioridad a los hijos/as. Prioridad real, no verbal. Lamentablemente, en muchas ocasiones, en las disputas entre progenitores, priman los intereses de los padres en lugar del bienestar emocional de los hijos. Aspecto que no solo alarga el conflicto entre progenitores sino que aumenta la sensación de pérdida en los hijos.
6. Facilitar al niño/a una red de apoyo. Propiciar el encuentro con personas con quien se pueda expresar o sentirse a gusto, ya sean familiares, monitores, profesores, amigos, etc.
7. En las celebraciones importantes y visitas al médico se recomienda la presencia de ambos progenitores. De modo que lo que se le está transmitiendo al niño/a es que él está por encima de cualquier conflicto paternal.
8. Nunca intentar ganarse al hijo frente el otro progenitor. Puede hacerles despertar sentimientos de rechazo hacia alguno de los dos y debilitar el vínculo. Para el hijo/a no tiene ningún beneficio.
9. Facilitar la expresión y liberación de sentimientos. Los hijos experimentan sensaciones parecidas a las de los adultos durante una ruptura; enojo, estrés, temores, confusión, frustración, tristeza, dolor, ansiedad, etc. Por lo tanto para controlar y reducir el proceso de sufrimiento de los hijos es importante poder ayudarles a identificar, expresar y liberar todas esas emociones, sobretodo sin juzgarlas. Preguntándoles cómo se sienten, haciendo actividad física, facilitándoles material para que puedan expresar dibujando, con música, etc.
10. Insistir en el mantenimiento del afecto y amor por los hijos. La separación es entre los padres, no entre los hijos y ellos. Así que debemos eximirles de manera explícita de culpa y de cualquier responsabilidad en todo momento. Manteniendo el y afecto por ellos.
Con estas recomendaciones, os animo a tener muy presente la importancia de minimizar todos los riesgos posibles y poder prevenir trastornos emocionales o conductuales posteriores más severos.
Como psicóloga infantojuvenil, me he encontrado varios casos donde la expresión de las emociones acumuladas por la separación de sus progenitores y la aceptación de la nueva situación familiar, ha sido esencial para poder aumentar el bienestar emocional del niño/a o adolescente, resolver problemáticas conductuales derivadas de la separación y para dotar a los padres y madres de herramientas para poder gestionar situaciones con mucha carga emocional que a veces se les podían escapar de su control.
Coral Rodríguez
Psicóloga Infanto Juvenil.
Especialista en Bienestar Emocional Infanto-Juvenil. Trastornos de conducta y emocionales y Educación y Gestión emocional. Terapeuta Mindfulness.