Las cosas que puedo cambiar, aceptar o trabajar en un proceso de psicoterapia
En mi día a día encuentro personas que me comentan que no están tan mal como para iniciar un proceso terapéutico con un psicólogo. Otras van al médico de cabecera y se medican durante años para la ansiedad o la depresión sin acudir nunca a hacer terapia. Otros prueban distintos procesos sin mucho resultado e indican que nada les funciona. Algunos, simplemente se acostumbran a sobrevivir no siendo del todo felices, no durmiendo bien, teniendo ataques de pánico o en una relación que no les satisfacen, porque piensan que eso es lo mejor que pueden tener o que con su caso no se puede hacer nada.
Si hay un reto al que nos enfrentamos los psicólogos desde hace siglos es la lucha contra los estigmas y el rechazo social. Las personas suelen encasillarnos pensando que la psicoterapia es solo para “locos” o que es un proceso demasiado profundo que no necesitan. O simplemente apelando a la fe, nos dicen: “Yo es que no creo en los psicólogos”, como si la salud mental fuera solo cuestión de creencias y esperanza personal.
La psicología implica mucho más. Es un compromiso con tu crecimiento personal. También con saber quién eres, con la conexión sana con las emociones, con dejar de vivir a medias. Es el trabajo en tu bienestar, en tu equilibrio personal en tu forma de relacionarte contigo mismo y con los demás. Es salud, aunque la mente sea algo que nadie nos ha enseñado a cuidar.
Nos enseñan a curarnos de patologías. A veces, a cuidar nuestro cuerpo, pero nadie nos dijo que nuestras emociones, la forma en cómo vemos la vida, la forma de afrontar el pasado y el futuro también hay que cuidarlas y sanarlas. No hace falta creer que estás loco para iniciar una psicoterapia, ni tampoco encontrarse tan mal que no te permita ser funcional.
He aprendido mucho de hacer terapia, como terapeuta y como paciente. Y quiero seguir aprendiendo porque cada día me ayuda a ser mejor persona, a tener más equilibrio, a regular mis emociones, a vivir con más paz, a sonreír más y a aprender a ver las cosas de una forma distinta a como yo creía que eran.
¿Qué puedo trabajar en terapia?
Es por todo esto por lo que me gustaría ayudarte a comprender que, en terapia, puedes trabajar a distintos niveles (los psicólogos nos preparamos durante años para trabajar en todos ellos) algunos más y otros menos profundos, y que eso va a depender solo de ti y de tus necesidades en el momento de acudir a terapia.
- Autocuidado: Es el trabajo en la mejora de aquellas tareas o hábitos que puedes incluir en tu rutina dedicados a cuidar de ti mismo o de tu salud para prevenir enfermedades. En ellos se incluye, por ejemplo, ser constante en el ejercicio físico, tener una alimentación sana, la adherencia a algunas medicaciones, la gestión eficaz del tiempo, los controles preventivos en medicina, cumplir con las responsabilidades y obligaciones diarias, y tener un tiempo de ocio sano. Si el problema reside solo en esta área el proceso terapéutico suele ser breve, pues utilizamos tus propias fortalezas y valores para magnificar los cambios y hacerlos resistentes al paso del tiempo.
- Mejora del Bienestar Emocional: En este nivel trabajaríamos la gestión de emociones o el equilibrio interno. Se trata de un trabajo de regulación emocional, de manejo de las habilidades sociales, Inteligencia Emocional o Mindfulness. Es un trabajo para estar en el aquí y ahora. Conseguir una mejora del equilibrio y la forma en la que manejas tus emociones en el día a día. Se trabajan habilidades de regulación e identificación de emociones, aceptación, no juicio, agradecimiento, compasión o amabilidad con uno mismo, comunicación asertiva y valores. Se trata de un trabajo de crecimiento personal que se aplica cuándo hay ausencia de patología. Los cambios en esta área pueden darse entre 3 y 6 meses desde el inicio de la terapia.
- Intervención en Crisis. En esta parte la psicoterapia se centra en corregir un desequilibrio temporal en un aspecto concreto de tu vida en áreas diversas: La pérdida de un trabajo, un duelo por la muerte de un cónyuge, una enfermedad de reciente diagnóstico, un cambio de domicilio o de país… Aquí la intervención se destina a reajustar el desequilibrio y a aumentar en el futuro tu capacidad para afrontar situaciones similares. La duración de la terapia dependerá de si los otros dos niveles están bien equilibrados, pero podríamos preveer que será un proceso que oscilará de 6 meses a un año.
- Forma de relacionarte contigo mismo o con los demás. En este nivel ponemos acento en los comportamientos repetitivos. La terapia trabaja con el análisis de los comportamientos, su origen y un cambio en la forma de tomar las decisiones. También con una reestructuración del tiempo, las elecciones y la toma de conciencia de todo lo que interviene en este proceso integrando y poniendo en marcha nuevas formas de funcionar. En este caso la psicoterapia es más larga pudiendo durar entre uno y dos años
- Cambios estructurales. Se trata de cambiar decisiones de guion de vida, basadas en los modelos parentales o en situaciones muy repetidas en tu vida. Trabajar traumas o heridas vitales, apegos disfuncionales y cambiar creencias nucleares. Según el nivel de gravedad el tratamiento puede durar entre 1 y 5 años.
Siempre puedes escoger dónde te quedas, es decir, a qué profundidad quieres trabajar. Teniendo en cuenta que conforme vamos subiendo niveles la psicoterapia se hace más intensa. El trabajo terapéutico también pasa por parones, dónde podemos darnos vacaciones para después entrar a trabajar aún con más fuerza.
Verás que no he hablado de patologías o de síntomas (Episodios depresivos, cuadros de ansiedad, trastornos de alimentación), pues éstos pueden darse casi en cualquiera de los niveles anteriores. Dependiendo de la gravedad del síntoma la duración de la terapia también puede variar, pues además de lo anterior nos hemos de ocupar de comprender el síntoma y de ver cómo podemos regularlo e integrarlo con los nuevos cambios.
Espero que esta información te haya sido útil, y me quedo con un último consejo: Trabaja siempre con un profesional suficientemente cualificado para el cambio que necesitas, la mente es delicada y aunque a veces nos parezca que solo queremos trabajar el autocuidado si hay algún desequilibrio interno en algún momento saldrá, si no quieres no tienes porqué trabajarlo pero el psicólogo está preparado para recibir lo que salga, contenerlo y ayudarte a regularlo; y prepararte mejor para cuándo puedas o quieras trabajarlo.
Raquel Molero
Psicóloga de Adultos y Adolescentes. Especialista en Trastornos de Personalidad, Trauma Emocional y Trauma Complejo. Terapeuta Mindfulness y EMDR